Las tradiciones populares sostienen que el lagarto de Berlanga- muy popular en la región donde se le llamaba "ardacho"- arribo a casa vivo y que en vida del que fuera obispo se comporto de manera dulce y tranquila, que nunca causo problemas en el vecindario. Otra cosa, sin embargo, fue que a la muerte de fray Tomás, el animal, siempre según estas versiones, enloqueció y no tuvo reparo en cometer abundantes fechorías, atacando y violando, a las muchachas vírgenes que tenían su primera menstruación. También se dijo de él que se ocultaba bajo tierra y ahuyentaba por la noche a los rebaños. A causa de estas delitos, el caimán fue pronto ajusticiado por una multitud enfurecida.
Como recuerdo de la leyenda, se cantaba en la zona en tiempos ya lejanos, una popular coplilla.
hay un bicho venenoso
que deja preñadas a las
mozas,
y echan la culpa a los mozos."
No había oido la coplilla esta. El lagarto nos daba mucho miedo de pequeños; nos imaginabamos todo lo que nos contaban y muchas mas cosas.
ResponderEliminarUn saludo
de la parte Berlanga