Silencio y enormes espacios abiertos jalonan esta ruta proporcionando una sensación de infinitud, con la recompensa a mitad de camino de contemplar una de las atalayas más bonitas y mejor conservadas de la comarca.
Partiendo de Bordecorex hay que enfilar la cuesta en dirección oeste que sube hasta los llanos. Camino este ancho y sin posible pérdida utilizado básicamente para acceder con maquinaria agrícola a los campos de cereales que se cultivan en los llanos. Merece la pena detenerse al llegar al final de la cuesta y contemplar el valle del río Torete .
La vista desde aquí abarca muchos kilometros, divisando Bordecorex, Caltojar y adivinando Berlanga en la distancia. Tras 2,5 kms desde el inicio del recorrido aparece un camino muy ancho y bien marcado a la derecha,el cual tomaremos. Aquí el contorno es totalmente plano, de pedalada fácil, que nos permite contemplar un espacio infinito de páramos y campos de cereales y girasoles en verano con un cielo inabarcable.
Todo el camino desde aquí se dibuja rectilíneo , tan solo molestado en su rectitud por dos ligeras curvas. La primera deja entrever un desvío dirección a Rello con la tentación de seguirlo, pero esto merece otra ruta aparte que sin duda emprenderemos en otra ocasión. La segunda ligera curva se encuentra a unos 5 kms desde que partimos . En este punto dejaremos el camino principal y nos adentramos por un sendero que sale a la izquierda a la altura de la propia curva. Este ramal secundario está menos marcado pero oteando la lejanía ya nos saluda tímidamente la atalaya de El Tiñón. El sendero, a veces mejor marcado, a veces peor, nos conduce directamente a la atalaya que ya no perderemos de vista en todo el trayecto. La atalaya nos recibe altiva , orgullosa y azotada por los vientos. 1000 años de historia concentrada en armonía de piedras.
La restauración de la torre es magnífica pudiéndose acceder hasta su parte más alta a través de escaleras metálicas , desde fuera en un primer tramo , e interiormente en dos tramos posteriores.
La vista desde lo mas alto de la atalaya nos enmudece durante largo rato. Paisaje inmenso de llanuras y páramos , salpicados por campos de cereales, bajo un cielo infinito.
La atalaya de el Tiñón comunica visualmente con la atalaya de la Ojaraca hacia el norte , y Rello hacia el sur , formando una línea recta en la que la torre de El Tiñón se situa en medio.
A lo lejos la figura de la fortaleza califal de Gormaz se dibuja en el horizonte a pesar de estar a muchos kilometros de distancia.
Me quedaría horas en lo alto de la torre escudriñando con mis prismáticos cada detalle del paisaje pero el sol empieza a ponerse , y me quedan mas de 10 kms de vuelta hasta Bordecorex. Tras un último vistazo a la torre con el sol queriendo esconderse ya detrás de ella, tomo la última foto , y emprendo el cómodo descenso hacia Caltojar. A pesar de que la noche me cae no me resisto a visitar el viejo molino reconstruido junto al río antes de llegar al pueblo de Caltojar. Me gusta este enclave con una vegetación , frondosidad y frescor impropios de estas comarcas sorianas. Desde aquí ya solo hay que incorporarse a la carretera que me conduce a Bordecorex envuelto por los sonidos de la noche veraniega . La altiva torre de la iglesia de Bordecorex me espera en la lejanía, mas bonita que nunca vestida con su flamante nuevo traje de luz .
Partiendo de Bordecorex hay que enfilar la cuesta en dirección oeste que sube hasta los llanos. Camino este ancho y sin posible pérdida utilizado básicamente para acceder con maquinaria agrícola a los campos de cereales que se cultivan en los llanos. Merece la pena detenerse al llegar al final de la cuesta y contemplar el valle del río Torete .
La vista desde aquí abarca muchos kilometros, divisando Bordecorex, Caltojar y adivinando Berlanga en la distancia. Tras 2,5 kms desde el inicio del recorrido aparece un camino muy ancho y bien marcado a la derecha,el cual tomaremos. Aquí el contorno es totalmente plano, de pedalada fácil, que nos permite contemplar un espacio infinito de páramos y campos de cereales y girasoles en verano con un cielo inabarcable.
Todo el camino desde aquí se dibuja rectilíneo , tan solo molestado en su rectitud por dos ligeras curvas. La primera deja entrever un desvío dirección a Rello con la tentación de seguirlo, pero esto merece otra ruta aparte que sin duda emprenderemos en otra ocasión. La segunda ligera curva se encuentra a unos 5 kms desde que partimos . En este punto dejaremos el camino principal y nos adentramos por un sendero que sale a la izquierda a la altura de la propia curva. Este ramal secundario está menos marcado pero oteando la lejanía ya nos saluda tímidamente la atalaya de El Tiñón. El sendero, a veces mejor marcado, a veces peor, nos conduce directamente a la atalaya que ya no perderemos de vista en todo el trayecto. La atalaya nos recibe altiva , orgullosa y azotada por los vientos. 1000 años de historia concentrada en armonía de piedras.
La restauración de la torre es magnífica pudiéndose acceder hasta su parte más alta a través de escaleras metálicas , desde fuera en un primer tramo , e interiormente en dos tramos posteriores.
La vista desde lo mas alto de la atalaya nos enmudece durante largo rato. Paisaje inmenso de llanuras y páramos , salpicados por campos de cereales, bajo un cielo infinito.
La atalaya de el Tiñón comunica visualmente con la atalaya de la Ojaraca hacia el norte , y Rello hacia el sur , formando una línea recta en la que la torre de El Tiñón se situa en medio.
A lo lejos la figura de la fortaleza califal de Gormaz se dibuja en el horizonte a pesar de estar a muchos kilometros de distancia.
Me quedaría horas en lo alto de la torre escudriñando con mis prismáticos cada detalle del paisaje pero el sol empieza a ponerse , y me quedan mas de 10 kms de vuelta hasta Bordecorex. Tras un último vistazo a la torre con el sol queriendo esconderse ya detrás de ella, tomo la última foto , y emprendo el cómodo descenso hacia Caltojar. A pesar de que la noche me cae no me resisto a visitar el viejo molino reconstruido junto al río antes de llegar al pueblo de Caltojar. Me gusta este enclave con una vegetación , frondosidad y frescor impropios de estas comarcas sorianas. Desde aquí ya solo hay que incorporarse a la carretera que me conduce a Bordecorex envuelto por los sonidos de la noche veraniega . La altiva torre de la iglesia de Bordecorex me espera en la lejanía, mas bonita que nunca vestida con su flamante nuevo traje de luz .
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