En muchos pueblos castellanos ha existido una edificación que aún se puede encontrar en muchos de ellos. Se trata del hospicio o de la casa de los pobres, donde como su nombre indica se alojaban los menesterosos, pobres de solemnidad y vagabundos que iban de pueblo en pueblo pidiendo limosna, techo y un plato de potaje.
En Bordecorex existe un hospicio construido en torno a 1945 por el ayuntamiento y los vecinos. Hasta esta fecha los mendigos se alojaban en los graneros y pajares de los vecinos, los cuales se turnaban para darles alojamiento; ya que la caridad era una de la virtudes cristianas. El edificio, construido con piedras labradas y de pequeños tamaño; se encuentra situado muy a las afueras del pueblo, ya lindando con el monte y junto al camino viejo de
Fuentegelmes. Parece como si las gentes del pueblo quisieran alejar su estilo de vida honrado y cristiano de la vida vagabunda y poco productiva de los vagabundos. Desde el principio la casa de los pobres no causó agrado entre sus ocupantes, debido a su alejada situación y a que era muy fría. En la actualidad está abandonada, su techumbre se ha derrumbado y su interior se encuentra lleno de basura y malas hierbas.
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