27 de septiembre de 2021

En busca de los meandros del rio Bordecorex

 Septiembre 2021 


Llevaba ya un tiempo queriendo acercarme a la zona del curso inicial del rio Bordecorex . Rio este ya sin caudal desde hace muchos años , probablemente por la desecación de la laguna de Conquezuela en la década de los 50 del siglo pasado para convertirla en tierras de cultivo( https://bordecorex.blogspot.com/2013/05/por-que-ya-no-lleva-agua-el-rio-de.html )

Paradójicamente el cauce del rio a su paso por Bordecorex ya ha perdido su nombre original cambiándolo por el de Torete . 


Parto desde Bordecorex hacia el este en una mañana algo fresca para ser septiembre . El Valle del Torete, aunque ha perdido cierto encanto a raíz del ensanchamiento que realizaron al camino en el último año sigue siendo muy atractivo para recorrerlo en bici , con sus laderas sinuosas tapizadas de bosques de encinas y quejidos . Ha ganado funcionalidad para los vehículos pero ha perdido algo de encanto para la bicicleta.

Saludo a mi paso a la solitaria atalaya de la Torremocha, que sigue impasible vigilando el camino tras 1000 años de resistencia . 

Atalaya de la Torremocha 




















Pronto llego a Fuentegelmes y después a  Villasayas , último pueblo  del Valle del Torete . No puedo  pasar por aqui sin parar a visitar de nuevo la bonita y armoniosa porticada  románica de su Iglesia.  


Iglesia de Villasayas



Iglesia de Villasayas













La ruta de hoy enfila desde aquí hacia Jodra de Cardos, que se alcanza tras  6 kms , y donde tras llenar la botella de agua en su fuente me despido del asfalto  y pedaleo ya por camino de tierra a la salida del pueblo por un sendero estrecho pero en buen estado . Las primeras y aún pequeñas  estribaciones del cañón del río se atisban con cierto contraste paisajístico  , ya que vengo de espacios muy abiertos en los últimos kilómetros .


Poco a poco el cañón me va sorprendiendo. Es mi primera incursión en el , y tras las sensaciones de hoy seguro que no será la última. El camino empieza a serpentear y se va encajando entre laderas cubiertas de frondosa vegetación . La sensación de soledad y aislamiento va in crescendo a medida que pedaleo despacio por un camino que se va estrechando y alfombrando de hierba . Un tejón se ve sorprendido por mi paso y corre paralelo a mí entre los árboles de la ladera durante unos 100 metros. Es la primera vez que diviso uno en libertad.  

Las paredes del cañón , tapizadas de verde , se coronan con formaciones rocosas de colores ocres y múltiples oquedades  . Las paredes no son muy altas pero resultan muy bonitas.  

Decido parar a comer en este paraje tan idílico con la sensación de estar solo en el mundo. Resulta ser un cañón muy solitario pero acogedor. Tras dar buena cuenta de las viandas despliego mi hamaca colgante para descansar entre dos encimas durante una media hora  en la que solo el viento y unos ruidosos arrendajos perturban ligeramente el silencio de este recóndito rincón. 











El cañón tiene una longitud de tan solo unos 5 o 6 kms pero absolutamente embriagadores. 

Va perdiendo frondosidad a medida que el sendero asciende hacia la planicie castellana.


Mi siguiente destino es el pueblo de Mezquetillas . Supone un contraste fuerte con el entorno anterior . Grandes espacios abiertos , con enormes extensiones de campos de cultivo sobre un cielo seminuboso hoy, salpican este tramo del camino . 



Diviso Mezquetillas a lo lejos . Decido visitar  antes su ermita , que se presenta en un pequeño desvío a  1 km antes de llegar al pueblo .  También permite unas buenas vistas de la aldea desde su posición.

ermita de Mezquetillas










Ya en Mezquetillas callejeo algo por el pueblo y me acerco  a su iglesia de portada románica. No veo absolutamente a nadie. 


Mezquetillas

El siguiente alto en el camino es Romanillos de Medinacelli. Interesante por su fuente antigua , su chozo de ganado restaurado y su curiosa colección de cruces de piedra del siglo XV  a las  afueras.  

Tomo un tentempié a base de moras , dulces y en plena madurez ya en esta época del año , que recojo de unas generosas zarzas junto al camino .


Romanillos de Medinaceli



 



ventana en Romanillos

detalle de una puerta en Romanillos 





















A unos 6 kms entre grandes espacios abiertos y un cielo amenazadoramente cubierto me espera Alpanseque . De este pequeño enclave me interesa la sencilla y armoniosa portada románica de su iglesia, descubierta hace relativamente pocos años muy bien conservada, a donde me dirijo directamente sin apenas callejear .  El cementerio adyacente también tiene cierto encanto , trayéndome a la mente  el movimiento literario del Romanticismo en el  siglo XIX.  


portada de la iglesia de Alpanseque 

cementerio de Alpanseque  






















Empieza a llover con cierta fuerza mientras contemplo la fachada románica, lo que me obliga a refugiarme en el porche de una casa con la esperanza de que amaine o pare. Tras varios minutos disminuye algo la intensidad  pero ante la escasa perspectiva de que la lluvia cese  , y dado que se me va echando la tarde encima , no tengo otra opción que abrigarme , ponerme el chubasquero y seguir camino .

    

A la salida de Alpanseque y bajo la lluvia , tengo una “discusión “ con el perro de un pastor que interpreta que pasar por el camino es invadir su territorio. No tengo sendero alternativo y no  me queda más remedio que ponerme a su altura y “ladrar” más que el para pasar, siempre con la incertidumbre de si se dejará  amedrentar por mi tono de voz que fuerzo al alza.   

He aprendido por otras experiencias que cuando se presentan perros en un camino que consideran suyo, normalmente porque su rebaño se encuentra  cerca , se trata de demostrar quien manda más a base de desplegar un tono de voz alto y firme , y mirarles a los ojos sin retirar nunca la mirada .  Confieso que hay que tener agallas para aplicarlo y se pasa miedo , pero si los perros ladran normalmente solo quieren expulsarte de ahí. Se pasa mal mientras se van acercando , pero hasta ahora voy saliendo airoso con este método.   Gajes del oficio del cicloturista. 


Llego a Barahona bastante mojado. Mi plan desde aquí era visitar una sima ( hundimiento brusco del terreno ) que no conozco , situada a medio camino entre Barahona y Rello , pero las condiciones meteorológicas me empujan a dejar ese objetivo para otro día . 

Tras un reconstituyente café en el bar de Barahona ( el único que he encontrado abierto en toda la jornada ) , me enfundo el chubasquero y enfilo raudo por un solitario y largo camino  ya sin paradas hacia Bordecorex .   Bajando desde los Llanos aparece el valle del Torete con Bordecorex al fondo que me acoge hospitalario ya casi al anochecer .


Termina una jornada y travesía cicloturista mas a añadir al rico bagaje que me va dejando esta interesante comarca soriana en cada escapada. 


Para acceder al plano, track y desnivel de la ruta pinchar en este mapa :


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la ruta a vista de pájaro :






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